jueves, 29 de abril de 2010

Museos

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MUSEO DE CERA

El Museo de Cera de la Ciudad de México, fue inaugurado en agosto de 1979 por el entonces presidente Lic. José López Portillo y durante los 13 años que duró esta primera etapa se consolidó como uno de los mejores museos de su clase en el mundo. La vieja casona ubicada en la calle de Londres 6, colonia Juárez; Antigua Hacienda de la Teja, fue construida de 1900 a 1904 por el Arq. Antonio Rivas Mercado con estilo calificado como "ART NOUVEAU"

Pero, ¿cómo se realizan los figuras?

Modelar una figura en barro es el primer e imprescindible requisito para hacer una de cera. Los cuerpos son dóciles, pero los rostros, a veces, se rebelan hasta el fin. Del rostro puede obtenerse una mascarilla mediante el procedimiento de verter sobre él una mezcla de silicón y yeso que, una vez solidificado, forma el molde de ese rostro. La ventaja de la exactitud de sus medidas se contrapone al inconveniente de la rigidez de sus facciones, alteradas en su habitual expresión por la incomodidad del procedimiento, que sólo permite respirar por dos orificios abiertos en la masa a la altura de la nariz.

En el apretón de barro obtenido de ese molde, el escultor ha de realizar las rectificaciones necesarias para dar a la figura la deseada similitud con su original. Esto no siempre se consigue, aunque se intente una y mil veces. De ahí que muchos escultores prefieran basarse en fotografías y medidas faciales para, de una masa informes de barro, crear una obra en la que no caben interpretaciones ni fantasías, sino el único objetivo de exactitud. En las figuras de cera, que en su inmovilidad han de ser idénticas a quienes representan, sus autores han de renunciar a su particular inspiración en pro de la imitación más rigurosa.

Tras la escultura, el molde de yeso, que equivale a lo que en términos fotográficos denominaríamos negativo. Se extiende yeso líquido sobre cada una de las partes en que se haya dividido la figura de barro, cuidando de fijar unas separaciones con láminas metálicas para, una vez solidificado, poder descomponerla en piezas. Al unirlas entre sí, se vierte dentro de ellas la cera, también líquida por defecto de las altas temperaturas a las que ha sido sometida, y cuando ésta, al enfriarse, adquiere sólida consistencia y la forma que ha tomado del molde, se separa para extraerla. Este procedimiento recibe el nombre de vaciado.

Cada parte de la figura de cera así obtenida es objeto de una curiosa manipulación para eliminar asperezas, rebabas y otras imperfecciones. En el busto, aprovechando un orificio que se practica en la parte posterior de la cabeza, se colocarán los ojos y, en su caso, dientes y lengua. Más adelante, peluqueros y maquilladores insertarán en la cera los elementos capilares naturales precisos como cabello, vello, cejas, pestañas, bigote, barba, y darán a la figura matices y tonos adecuados -sombras, carmines, etc.- para lograr el parecido más real posible con la figura representada, teniendo en cuenta además, la luz de la sala donde vaya a ser instalada.

Por último, sobre la armadura metálica preparada previamente, se colocan las piezas que, adaptadas entre sí, constituyen la figura, a la que sólo resta vestir y situar en el emplazamiento elegido.







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Museo de antropologia.

En Museo Nacional de Antropología se reunen los restos del pasado y la vida indígena del presente. Formado por las colecciones arqueológicas y etnográficas recolectadas desde el siglo XVIII, cuando surgió el interés por aquellos pueblos destruidos por el “encuentro de dos mundos”, luego los nacionalismos pre y post-revolucionarios que impulsaron la investigación de lo prehispánico y el interés cultural que despierta en todo el mundo el descubrimiento de las civilizaciones de la Antigüedad.

La construcción del recinto incorporó a un grupo de arquitectos, museógrafos, investigadores de antropología, artistas plásticos e ingenieros para erigir en tiempo récord los espacios que hoy vemos casi idénticos a su solemne inauguración en 1964. La construcción demandó la intervención de cientos de trabajadores, toneladas de materiales, canteras y mármoles y sobre todo una extraordinaria organización que permitiera resolver problemas no sólo de la construcción de un edificio sino del transporte y colocación de sus mismos habitantes permanentes.

La magnitud del proyecto y la originalidad del tratamiento museográfico permiten visitar sus 26 salas de manera cronológica y agrupadas por zonas culturales conteniendo piezas únicas, mapas, cuadros sinópticos, ilustraciones y elementos audiovisuales. Pero el museo tiene también una intensa actividad cultural mediante conferencias, cineclub, librería, venta de reproducciones, una rica y valiosa biblioteca con un fondo reservado y exhibiciones temporales de altísimo nivel.

Al reunir dentro de sus muros no sólo piezas arqueológicas, sino también restos humanos, objetos de culto, dioses de todos los géneros, objetos de la vida cotidiana, joyería, atuendos magníficos, casas hechas in situ por los indígenas, ofrendas, todos ellos en conjunto son un tesoro de la humanidad en el cual los dioses monolíticos encontraron un sitio preferencial. Al recorrer sus los recintos es posible decir que nos encontramos en un templo gigantesco y simétrico.

El museo permite la experiencia de dos mundos: pasado y presente, y recibir dos sensaciones: la intensidad interior y el descanso exterior e ingresar a dos esferas de realidad: las colecciones de arqueología en la planta baja y el mundo indígena en la superior. Por su planta arquitectónica las salas se agrupan en torno a un patio central de grandes dimensiones y al exterior se rodea de jardines. Se ingresa a un vestíbulo gigante que da paso a la entrada triunfal con su monumento-sombrilla-fuente, al centro un estanque que refleja los cielos, muros de poesía y en todo el perímetro una celosía que como espejo mágico oculta el interior y privilegia a quienes ascienden al primer piso.






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Museo de la caricatura.

La caricatura nació en la región de Bologna a finales del siglo XVI; consistía en exagerar razgos físicos o psicológicos de diferentes personajes, lugares o situaciones con la finalidad de describirla y, la mayoría de las veces, causar algo de risa. A pesar de que este surgió en Europa, desde finales del siglo XIX fue una técnica muy usada en la prensa mexicana y, hoy día, es una pieza clave para entender nuestra sociedad.

En 1987 se dedicó un pequeño espacio dedicado a ”preservar, resguardar y difundir las obras artísticas realizadas por caricaturistas mexicanos a lo largo de la historia”, además de ofrecer talleres dedicados a la elaboración de caricaturas. Ubicado en la calle de Donceles (en el Centro Histórico) el Museo de la Caricatura ofrece una modesta muestra de imágenes relativas a la política mexicana, desde el porfiriato, además cuenta con varios talleres y caricaturistas que harán tu retrato.


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Museo de la luz.

El Museo de la Luz se encuentra albergado en uno de los edificios con más historia del centro de nuestra ciudad, originalmente era el templo de San Pedro y San Pablo, fue construido por la Compañía de Jesús entre 1576 y 1603.

Este edificio funcionó como templo durante 164 años, hasta que los jesuitas fueron expulsados de nuestro país por conflictos políticos y religiosos.

Este edificio albergo el primer Congreso Constituyente, ante el cual prestó juramento Agustin de Iturbide dentro de sus paredes nació nuestra primera Constitución, la de 1824, que dio origen a la república representativa popular y federal en la que vivimos.

Después de que el Congreso se traslada al Palacio Nacional, el edificio cumplió funciones como biblioteca, colegio militar, cuartel, almacén de forraje, café cantante y escuela correccional.

Este Templo fue integrado al patrimonio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y se convirtió en la Hemeroteca Nacional, la Universidad lo destina al Museo de las Ciencias Universum, para desarrollar el proyecto del actual Museo de la Luz, que fue inaugurado el 18 de noviembre de 1996.

Este museo abarca la Luz en todos sus aspectos desde biología hasta física y a través de experiencias enriquecedoras y entretenidas descubrirás como el hombre ha interactuado con la luz, ya sea natural o artificial, en el arte y el tiempo.

El museo cuenta con las siguientes secciones:

Naturaleza de la Luz: ¿Como se genera la luz? ¿Como se comporta e interactúa con al materia? Las respuestas a estas preguntas podrás encontrarlas en esta sección que es una de las más grandes del museo.

La Luz y la Biosfera: La luz es importantísima para la vida, se demuestra en un ecosistema cerrado autosuficiente cuya base de alimento es la luz.

La Visión: La Luz en nuestros ojos y como es que gracias a ella existe la visión. ¿Todos los seres vivos ven de la misma manera? Compara la visión de los humanos con la de otros seres vivos.

Gabinete del Optometrista: Miopía, hipermetropía, astigmatismo todas las deficiencias visuales que puede sufrir en ojo humano y como es que lo afectan, ENTRE OTRAS MAS...








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Museo de las intervenciones.

El Museo Nacional de las Intervenciones se encuentra en el ex Convento de Nuestra Señora de los Ángles de Churubusco edificio que cuenta con una antigüedad de más de trescientos años.El museo es administrado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia y la temática del mismo es la historia de las intervenciones extranjeras en México, desde que éste se convirtió en un país independiente al firmar su Acta de Independencia el 21 de septiembre de 1821. Invasiones militares realizadas por España, Francia y los Estados Unidos de América durante los siglos XIX y XX.

Se define el concepto de intervención como "el acto mediante el cual un Estado intenta negar o lesionar la soberanía nacional de otro Estado independiente". Los métodos por los cuales se ejerce o ejecuta una intervención son sumamente variados, ya que pueden ir desde sutiles artimañas diplomáticas, hasta el empleo de la fuerza armada. Pero siempre implican una actitud de exigencia física o moral del Estado interventor sobre el intervenido que tiene por objetivo obligar a este último a adoptar medidas, compromisos o actitudes contrarios a su voluntad.

La zona donde se encuentra el museo está ubicada en lo que fuera el señorío de Huitzilopochco, lugar desde donde se abasteció agua dulce a la ciudad de México-Tenochtitlan por medio de un acueducto que mandó construir en 1499 el huey tlatoani Ahuitzotl. Una vez terminada la Conquista de Tenochtitlan, el nombre de la zona fue castellanizado bajo la denominación de Churubusco y perteneció, bajo el régimen de encomienda, al conquistador español Bernardino Vázquez de Tapia.

El inmueble comenzó a construirse en el siglo XVI para albergar al Convento de Nuestra Señora de los Ángeles de Churubusco en donde habitaron religiosos de la orden dieguina, la cual era una rama de la orden de los franciscanos. La arquitectura aún conserva definidas las áreas de cocina, refectorio, antesacristía, portal de peregrinos, baño, claustros, capillas, celdas, y una huerta. Sin ser el tema principal del museo, se puede admirar arte sacro de los siglos XVII a XIX.

Durante la Intervención norteamerica de 1846 a 1848, el 20 de agosto de 1847, el sitio fue escenario de la Batalla de Churubusco. En la defensa del lugar, se confronatron los batallones Independencia, Bravos, Guerrero, Chilpancingo, y Tlapa ayudados por el Batallón de San Patricio sumando un total de mil trescientos efectivos, sin embargo las fuerzas estadounidenses alcanzaban la cifra de seis mil efectivos. El general Pedro María Anaya quien comandó la defensa tuvo que rendirse cuando las municiones se agotaron, entregó el sitio al general David E. Twiggs. En 1869 el presidente Benito Juárez declaró el lugar como monumento nacional en honor a los caídos en la histórica batalla.

De 1876 a 1914 el edificio sirvió como un hospital militar. Durante la década de 1920, funcionó como una escuela de pintura; a finales de la misma década y hasta 1960 el lugar fue un museo dedicado a las propias actividades conventuales que tuvieron lugar en el inmueble así como a la historia del transporte en México. Finalmente el 13 de septiembre de 1981 — fecha en que se conmemora a los Niños Héroes — mediante un decreto presidencial el recinto fue dedicado a las intervenciones extanjeras que han existido a través de la historia de México.

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